-¿Conoces el mito de Medusa? Nunca pensé que pudiera estar relacionado con mis viejos estudios suicidas. Pero los ensayos que leí sobre este monstruo resultaron esenciales para entender la violencia de mis sueños, y su relación con la casa de mi hermana. Me encanta leer viejas historias, y preguntarme si siguen vivas. No me interesa que la historia se repita hoy tal cual, sino sus mutaciones, ver cómo cambia para adaptarse al presente. No sé si conoces a la historiadora Pilar Pedraza, pero eso es lo que hace cuando escribe sobre figuras mitológicas: las rastrea para enseñarnos cómo siguen apareciendo en los lugares más insospechados. Me había llevado sus libros a casa de mi hermana, y los leía una y otra vez, para entender cómo utiliza los mitos antiguos para construir monstruos modernos. Es una maestra: estudia su genealogía, construye nuevas versiones y las deja pasearse por escenarios actuales, para ver qué hacen. Con humor negro, porque generalmente terminan muertos, después de haberse chocado contra todo. A mí también me fascinan los mitos relacionados con la violencia, y a menudo retrato monstruos, pero no como los suyos. Los míos no son de carne. El caso es que Pedraza me enseñó varias cosas interesantes sobre Medusa. Seguramente conoces los rasgos más tópicos del mito: la cabeza cercenada, el viaje de Perseo, las víctimas de piedra, y sobre todo, el hecho de que no se la puede mirar directamente, porque su mirada mata. Es una metáfora bonita sobre la ceguera. Pero también es un mito sobre lugares y piedras. Los psicoanalistas definen a Medusa como una mujer castrante que inhibe a todos los que caen bajo su influjo. Según Pedraza, casi todos los monstruos infringen la muerte desde el exterior del cuerpo, igual que una flecha se clava en la carne. Pero no es el caso de Medusa. Ella hace brotar la muerte del interior del cuerpo. Quizás porque ya estaba allí. No ejerce violencia física. Más bien potencia las dudas, los miedos de quien la mira, hasta paralizarlo. Es la víctima la que cae de rodillas frente a Medusa, sin que ella haga nada. La que se devora a sí misma frente al monstruo quieto. Medusa es un espejo para suicidas. Me fascina su quietud. Se queda en el fondo de la gruta y son sus víctimas las que se acercan a ella. A menudo pienso que no hay nada físico en el fondo de esa gruta. La suya es una monstruosidad asociada a un lugar, como las casas encantadas o ciertos lugares malditos. ¿Crees que hay lugares maléficos?



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Será de piedra by Ángela Sánchez de Vera is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported License.