-Me sorprendió la repentina resurrección de algo tan lejano. Hace años, pasé mucho tiempo estudiando suicidios silenciosos. Primero estudié a la gente que vive por inercia. Los que se dejan vivir sin ningún objetivo, observando su cuerpo y su vida desde fuera. Los retrataba usando plantas, bodegones que se van pudriendo. Luego estudié a los suicidados, a la gente destruida por su entorno. Gente sometida a una presión constante, sean o no conscientes de ella. Porque cuando la violencia es constante pero ligera, es difícil percibirla. También usaba plantas para retratarlos: bonsáis, frutos creciendo dentro de botellas. Traté de grabar en vídeo esa violencia distendida, pero fallé. El problema estaba en la velocidad. Nuestra percepción es demasiado lenta para percibir procesos largos: cómo se corrompe un edificio de piedra o cómo crece una encina. Somos incapaces de ver cientos de crímenes, imperceptibles a simple vista porque duran años. Pero te digo que fue una ocupación que abandoné hace tiempo. No había vuelto a pensar en esos suicidios en años.



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Será de piedra by Ángela Sánchez de Vera is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported License.