No podía moverme. Me había ido apoyando en la mesa, y a esas alturas estaba casi sentada encima. Hacía rato que tenía las manos entumecidas, y un sudor frío empezaba a molestarme en la nuca y en las axilas. Pero me parecía grosero levantarme e irme.



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Será de piedra by Ángela Sánchez de Vera is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported License.