-Me llevé el cuadro al túnel y lo colgué en la pared del fondo. Pero era difícil verlo. Es curiosa la iluminación del interior del túnel. Parte de la pared se ha desprendido, de modo que la única luz entra por arriba. El muro se queda a contraluz, semioculto a simple vista. No se puede mirar directamente, o si se mira, no se distinguen bien los detalles. De modo que pinté el cuadro ampliado sobre la pared. El mural y el cuadro duplican la misma imagen, como un espejo. Me costó bastante pintar esa pared, por su estado ruinoso. El mortero estaba completamente reblandecido, y se deshacía al tocarlo. Si no se cae del todo es por las plantas que crecen al otro lado, que empujan las piedras y las sostienen al mismo tiempo. Así que pinté el mural con pintura en spray, e infinito cuidado. Escogí los colores del propio túnel, el naranja oxidado de los metales abandonados y el azul casi negro del cielo. La puerta se está fundiendo lentamente con la tierra, y no quería interrumpir ese proceso. Pinté rápidamente, mientras se me congelaban las manos. Eran los primeros días de enero, y todo a mi alrededor estaba lleno de escarcha. Me divertí pensando en los posibles visitantes: acabarían congelándose si pasaban demasiado tiempo en el túnel. Solo sería cuestión de tiempo, y de mi habilidad para retenerlos allí. Pinté brotes y ramas saliendo del centro vacío de la pared. Ese vacío no es líquido, como en cuadro, sino un punto ciego. Al estar a contraluz, invita a acercarse para ver si hay algo dentro. Pero no creo que nadie se acerque demasiado. No, si piensan en la naturaleza de ese negro. Cuanto más lo miraba más me gustaba ese negro vaporoso, completamente transparente. Ese negro te revela la verdadera naturaleza del mural. Es un mural de sombras. Pero sombras de qué, de dónde. ¿Del otro lado del muro? ¿de algo que está a nuestras espaldas? El mural es atractivo y repulsivo a un tiempo, pero tengo que reconocer que está lejos de ser perfecto. Quizás su imperfección sea otra advertencia, la más importante de todas: ese mural no me interesa especialmente, lo que me interesa es su historia. ¿Crees que el túnel es un lugar peligroso? Yo más bien diría que lo que es peligroso son las historias que lo rodean. Quizás sea así como Medusa consigue a sus víctimas, simplemente envolviéndolas con historias. 





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Será de piedra by Ángela Sánchez de Vera is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported License.